Duelo en nuestra cultura, suele referirse al conjunto de procesos psicológicos y psicosociales que siguen a la pérdida de una persona con la que el sujeto estaba psicosocialmente vinculado.

El ser humano es un animal sociable por necesidad, y no por elección. Siendo tan importantes para la persona las relaciones sociales, cuando esos lazos afectivos se rompen por fallecimiento de un ser querido al que está vinculado, lo que se produce es un estado afectivo de gran intensidad emocional al que llamamos duelo.

La elaboración de las pérdidas es un tema central en la existencia humana.

Viajamos a lo largo del ciclo de nuestra existencia, en un continuo discurrir de vínculos y de pérdidas.

Desde el nacimiento como primera dolorosa separación, la vida de cada uno de nosotros es un continuo de pérdidas y separaciones, hasta la última que es la propia muerte y la de nuestros seres queridos.

Cada pérdida acarreará un duelo, y la intensidad del duelo no dependerá de la naturaleza del objeto perdido, sino del valor que se le atribuye.

Podemos considerar que el duelo es producido por algún tipo de pérdida, y no sólo referido a la muerte de una persona. Por ello el proceso de duelo se realiza siempre que tiene lugar una pérdida significativa, siempre que se pierde algo que tiene valor, real o simbólico, consciente o no para quien lo pierde.

Hay autores que hablan de distintas pérdidas y las agrupan en cinco bloques:

  1. Pérdida de la vida: de otra persona o de la propia vida en casos de enfermedades terminales.
  2. Pérdidas de aspectos de sí mismo. Son pérdidas que tienen que ver con la salud: pérdidas físicas, pérdidas sensoriales, cognitivas, motoras, o psicológicas (autoestima, valores, ideales, ilusiones, etc.)
  3. Pérdidas de objetos externos: Pérdidas materiales (trabajo, situación económica, pertenencias y objetos.)
  4. Pérdidas emocionales: Rupturas con la pareja o amistades.
  5. Pérdidas ligadas con el desarrollo. Relacionadas con las etapas del propio ciclo vital: infancia, adolescencia, juventud, madurez y vejez.

El proceso de duelo se realiza siempre que tiene lugar una pérdida.

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