1. Descansa lo suficiente cada día. Si enfermas, las cosas pueden empeorar.
2. Haz todo lo posible por conservar tu propia salud: consulta con tu médico cualquier malestar físico o psíquico y explícale tu situación personal. Muchas veces el cuidador sufre de lesiones musculares, dolores de espalda, etc,.. por los esfuerzos realizados al levantar al enfermo, al ducharle…
3. Evita tomar alcohol, no abuses del café o de sustancias excitantes para animarte y/o encontrarte de mejor humor o con más energía. Consigues efectos rebote contrarios a los deseados a medio y largo plazo.
4. No te aísles. Continúa quedando con tus amigos, tu grupo social, acude a reuniones, necesitas el apoyo de tus amigos y también de nuevas amistades relacionadas con la situación que vives, como pueden ser los miembros de asociaciones, etc.
5. Intenta mantener alguna de las actividades que te divierten y entretienen: pasear, pintar, coser, tejer, hacer pasatiempos, ir al cine, leer, hacer cerámica, escribir, coleccionar, etc.
6. La risa, el amor y la alegría son importantes para tu bienestar y para la vida con la persona que cuidas. Si consigues sentirte bien, no te sientas culpable. Procura buscar personas, cosas o actividades que te satisfagan. Una persona si está serena, y además se ríe, irradia tranquilidad armonía y relaja el ambiente. La persona que cuidas vivirá mejor con tu alegría, risa y amor.
7. Procura buscar un tiempo a la semana para ti. Unas vacaciones anuales, te ayudarán a descansar y ver las cosas con más serenidad. Encuentra un familiar o profesional que cuide ese rato a la persona y tú puedas relajarte, y “desconectar”.
En ALBIA Psicología y Acompañamiento Emocional te ofrecemos la posibilidad de acompañarte a ti o a tu enfermo, procurándote un espacio seguro y confidencial donde puedas darte ese respiro que necesitas, donde puedas compartir tus emociones, la carga emocional que pueda estar suponiendo el cuidado prolongado, y cómo poder abordarlo para poder continuar tu acompañamiento.
Teléfono de contacto 620 77 53 07.
