La separación o divorcio es un hecho que afecta a la pareja, pero también a los hijos, familiares y amigos. La separación no es sólo dejar a una persona, es asumir la pérdida de un proyecto, de un sueño y de la convivencia diaria con los hijos.
El divorcio es una de las experiencias más difíciles de sobrellevar, por eso resulta fundamental darse un tiempo de duelo antes de rehacer la vida sentimental.
El divorcio con hijos hace que la pérdida sea mucho mayor, aunque se mantenga el contacto ya que falta la convivencia diaria.
Una separación puede hacerse de forma responsable y eso depende de la madurez emocional que tenga la pareja. Cuanto más autónoma emocionalmente sea la pareja, más probable es que se realice una buena separación y el proceso de duelo se pueda llevar a cabo en mejores condiciones.
Para muchos, la separación y o el divorcio constituye una experiencia de crecimiento y desarrollo. Muchas veces después del divorcio la persona se da cuenta de destrezas y capacidades que no sabía que tenía. Hay quienes tienen una mejor calidad de vida familiar después del divorcio.
El cómo decirle y qué decirles a los hijos, depende claramente de la edad. No es lo mismo un niño de 3 que uno de 15 años.
Sin embargo, es necesario informarles, de forma veraz y concreta. Hemos de ayudarles a expresar sus emociones. Y como norma, cuanto menos estén involucrados los hijos en el conflicto y sobre todo en las decisiones, mucho mejor. Generalmente cuando los hijos han visto una relación muy conflictiva entre los padres, no toman mal la separación, sino que pueden sentir un alivio, y si lo hacemos bien, TODOS PODEMOS SALIR GANANDO.
Si necesitas ayuda, estamos para ti.
Albia Psicología y Acompañamiento emocional.
Pide cita. 620 77 53 07
